Prueba pericial caligráfica de un Testamento ológrafo ¿Cómo sabes si es válido?
Ya hemos señalado el auge de los testamentos ológrafos en los últimos tiempos y, con ellos, el de la prueba pericial caligráfica que resulta imprescindible para validarlos con total fiabilidad. Conviene recordar que esta prueba es uno de los requisitos legales que sirven al notario para poder ratificar estas herencias. Revisamos las condiciones que debe cumplir este peritaje para que sus conclusiones sean aceptadas legalmente.
Las características especiales del testamento ológrafo
Una de las primeras cuestiones que diferencian al ológrafo de otras formas de testamento es que la identificación del testador se hace siempre una vez que ha desaparecido. El proceso de validación por parte del notario puede desarrollarse durante los 5 años posteriores al fallecimiento. Es durante este tiempo cuando se solicitará la prueba pericial caligráfica.
La ausencia del presunto autor implica que determinado tipo de actuaciones, que suelen formar parte del procedimiento habitual de una prueba pericial caligráfica, es imposible que se realicen. Sobre todo, nos estamos refiriendo al hecho de citar al autor para que, en presencia del experto, escriba un texto con unas características concretas. Aun así, no hay que dudar de los resultados de estos peritajes, porque existen otros mecanismos de cotejo igual de fiables, como explicamos a continuación.
La fiabilidad científica de la prueba pericial caligráfica
Una de las medidas que más pueden contribuir a que la prueba pericial caligráfica en el estudio de testamentos ológrafos tenga unos resultados inapelables es que se combinen las aportaciones de tres ramas científicas: Grafología, Grafotécnica y Documentoscopia. Recordemos que, para validar un testamento ológrafo no solo hay que constatar la autenticidad de la autoría del cuerpo del texto y la firma. En la prueba pericial caligráfica hay que descartar cualquier alteración que se haya producido en el texto.
Analizamos las especificidades de cada una de estas disciplinas:
- Grafología. Realiza un estudio de la escritura desde la perspectiva morfológica, es decir, interpretando los trazos para atribuir una cualidad. En este caso, lo que se necesita determinar es la voluntariedad (que no ha existido coacción) o la incapacidad mental del autor. Para establecer estos principios, no es necesario cotejar con otros documentos.
- Grafotécnica: Esta disciplina se encarga, sobre todo, de determinar la falsedad de la autoría. Para ello, es imprescindible la comparación con muestras dubitadas e indubitadas del testador. Aquí es indiferente analizar las grafías como gestos, solo importan demostrar quién los ejecutó.
- Documentoscopia. En este caso, el centro de interés es el documento entendido como un todo, con el objetivo de determinar su veracidad o si es una falsificación. No se fija en la grafía de la escritura, sino en la parte física y en el formato del documento, analizando aspectos todas la características que se refieren a lo que concierne al soporte (papel) y la tinta, o cualquier otro elemento que intervenga en la creación de un testamento ológrafo.
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